La mayoría de nosotros en un momento u otro hemos sido mal entendidos por aquellos que son importantes para nosotros. Pensaron que planeábamos tomar una acción que no les gustaba cuando en realidad nuestras intenciones eran proceder en una dirección completamente diferente. Tales malentendidos generalmente se corrigen rápidamente y la vida continúa. Lo mismo ocurre con el carácter y la reputación. Si, por alguna razón, tu reputación no coincide con tu carácter, pronto se enderezará cuando otros descubran por sí mismos que no eres en absoluto el tipo de persona que habían asumido que eras. Si tu base es sólida, nunca debes preocuparse por tales malentendidos. Otros aprenderán muy pronto qué tipo de persona eres en realidad. Dedica tu tiempo y energía a la autoinspección y superación constante, a desarrollar un carácter fuerte y nunca tendrás que preocuparte por lo que los demás piensen de ti.