Cuando desarrollas una actitud mental positiva, inmediatamente te distingues de la multitud. Te conviertes en un líder porque el pensamiento positivo conduce a la acción positiva, mientras que el pensamiento negativo conduce a la apatía y la inacción. Cuando tomas la iniciativa en cualquier situación, otros te seguirán simplemente porque les gusta asociarse con personas que saben a dónde van. Sin embargo, para liderar, primero debes estar dispuesto a disciplinarte. La primera regla de liderazgo es nunca pedirles a otros que hagan lo que tú no estás dispuesto a hacer. Solo puedes liderar con el ejemplo. Ser un líder requiere que trabajes más y más que los demás y demuestres que eres el dueño de tu propio destino.