Hay muchas personas que, tal vez con la mejor de las intenciones, hacen promesas que de alguna manera nunca logran cumplir. Estas personas generalmente han desarrollado una serie de explicaciones perfectamente plausibles para no cumplir con sus compromisos; se han convertido en expertos en explicar sus fallas. Sin embargo, las personas exitosas son aquellas que aceptan la responsabilidad de sus vidas. Saben que hablar es barato; las acciones son todo lo que realmente importa. El mundo está esperando a hombres y mujeres que buscan la oportunidad de prestar un servicio real: el tipo de servicio que aligera la carga de sus vecinos, el tipo de servicio que el 95 por ciento de las personas no presta porque no lo entienden. Cuando proporcionas un servicio realmente útil, con entusiasmo y con un espíritu de genuina ayuda, el éxito seguirá automáticamente. El mundo busca a esos individuos y los recompensa en consecuencia.