Las preocupaciones, como las ovejas, parecen reunirse juntas. Una preocupación lleva a otra, y pronto te sientes abrumado por la posibilidad de problemas. Cuando te permites jugar al "¿y si?"- para especular sobre problemas adicionales que podría causar un problema potencial - las preocupaciones se multiplican, cada una haciendo que la próxima parezca peor. Si debes jugar el juego de "¿Qué pasa si?", juega para ganar. Concéntrate en las soluciones, no en los problemas en sí mismos y los problemas adicionales que podrían crear. Por muy serias que puedan parecer tus preocupaciones cuando te despierten a medianoche, si las analizas cuidadosamente, encontrarás que cada problema tiene una solución.