Si todo lo que intentamos en la vida se lograra con un mínimo de esfuerzo y saliera exactamente como estaba planeado, ¡qué poco aprenderíamos y qué aburrida sería la vida! Y cuán arrogantes nos volveríamos si tuviéramos éxito en todo lo que intentamos. El fracaso nos permite desarrollar la calidad esencial de la humildad. No es fácil, cuando eres la persona que experimenta el fracaso, aceptarlo filosóficamente, sereno sabiendo que esta es una de las mejores experiencias de aprendizaje de la vida. Pero es. Las formas de la naturaleza no siempre se entienden fácilmente, pero son repetitivas y, por lo tanto, predecibles. Puedes estar absolutamente seguro de que cuando sientes que estás siendo probado de manera injusta, te estás preparado para un gran logro.