Existe una regla fundamental en las ventas: debe venderse primero antes de poder vender efectivamente a los demás. Si no puede creer en el valor de sus productos o servicios, nadie más tampoco lo hará. Si persuade a otros en un trato injusto, debe trabajar arduamente para superar su resistencia interna a hacer algo mal. Un trato es bueno solo cuando es bueno para todos los involucrados. Cuando cada participante tiene la misma oportunidad de obtener ganancias y el riesgo se comparte entre los socios que se preocupan por el bienestar de los demás, no solo la probabilidad de éxito será mucho mayor, sino que el camino hacia ella también será mucho más agradable.