Al igual que en una conversación es una buena idea escuchar más de lo que hablas, también es sensato en las relaciones pensar en el bienestar de los demás más de lo que piensas sobre tus propios deseos. Cuando te esfuerzas constantemente para tratar a los demás de la misma manera en que te gustaría que te trataran, te conviertes en una persona con la que a otros les gusta estar cerca, una que les representa respeto, confianza y lealtad. Cuando aprendes a manejar las emociones y tu ego, y cuando aprendes a considerar siempre las necesidades y los deseos de los demás, es inevitable que "cebes el anzuelo" con amabilidad y consideración, y atrapes a más amigos de los que puedes contar.